La actual campaña no fue fácil para el maíz y la virulencia con la que atacó el spiroplasma, vehiculizado a través de la “chicharrita”, dejó su marca en la producción.

La cadena del cultivo recomienda un manejo integral para mitigar los efectos de la plaga en el ciclo 2024/205.

Según la Bolsa de Comercio de Rosario, los 8,89 millones de hectáraes sembradas podrían haber aportado 61 millones de toneladas de maíz. Sin embargo, por incidencia de la chicharrita, la cosecha rondaría los 47,5 millones de toneladas, 22% menos que la proyección inicial.

Ante este escenario, la pregunta que se realizan los productores es: ¿Qué hacer en la nueva campaña?

En el reciente congreso de Maizar, la cadena del cultivo emitió un mensaje contundente: no sacar al cultivo de la rotación y llevar a cabo un manejo integral del barbecho hasta la poscosecha, para mitigar los efectos de la enfermedad.

Entre esas recomendaciones figuran:

En los lotes: la receta es eliminar el maíz guacho y mantenerlos libres de malezas; además de monitorear la presencia de la plaga (chicharrita).

Siembra: Se recomienda el uso de semilla certificada, materiales tolerantes, e insecticidas registrados para el cultivo, además de reducir la ventana de siembra a su máxima expresión y llevar a cabo una nutrición balanceada, a partir del análisis de suelo.

Estado vegetativo: s debe monitorear la presencia del vector, trabajar con un umbral de control y, ante su presencia, rotar principios activos, para evitar resistencia del insecto. Para los técnicos resulta fundamental la calidad de la aplicación, además del uso adecuado de la dosis.

Poscosecha: la sugerencia es aplicar herbicidas residuales, para evitar el maíz voluntario y rotar los cultivos evitando siembras sucesivas de gramíneas.

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