El valor de la carne no encuentra por ahora una tendencia sostenida, ligada a la pérdida de poder adquisitivo del consumidor.
La carne vacuna sigue siendo el alimento de preferencia por los argentinos y su valor comercial tiene una alta sensibilidad dentro de la canasta de productos básicos para el consumo doméstico.
En los primeros 60 días del gobierno de Javier Milei, su valor pareció subido a una montaña rusa sin encontrar, por ahora, una tendencia definida.
Si se toma el precio máximo alcanzado por la categoría novillito –la de mayor referencia para identificar el consumo doméstico– en el remate semanal que realiza la firma Consignaciones Córdoba, en el predio de la Sociedad Rural de Jesús María, vemos que en los últimos dos meses su actualización fue menor a la inflación.
El 11 de diciembre, un día posterior a la asunción de Milei, el precio del kilo vivo de novilito fue de $ 1.620, 34% más que en la semana previa, cuando su valor fue de $ 1.220.
Ahora, si nos trasladamos al martes 13 de febrero (último remate), la cotización tope de la categoría fue de $ 1.800, lo que representa un aumento de 11% en los últimos 60 días.
¿Qué puede pasar con el valor en los próximos meses? La oferta y la demanda, en especial el poder adquisitivo de la población, son los parámetros de los cuales dependerá el desempeño del valor de la hacienda.