El desarrollo de las investigadoras Mariana Melchiorre (INTA-UNC), Florencia Grasso y Patricia Montoya (UNC) tiene su diferencial en que sus componentes son económicos, naturales y de grado alimenticio. Lo que hace factible su empleo tanto en la agricultura convencional, es decir con alta demanda de insumos como en las producciones agroecológicas.
Un equipo de investigación del Instituto de Fisiología y Recursos Genéticos Vegetales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC, realizó un importante desarrollo. Es una mezcla que se aplica sobre las semillas, protegiéndola de roturas y minimizando la necesidad de fertilizantes químicos.
Es un biopolímero natural y biodegradable que, aplicado sobre semillas, forma una película fina que aumenta su resistencia. Esta tecnología reduce las pérdidas por pelado y rotura, promoviendo una distribución homogénea al momento de la siembra que impacta favorablemente en el rendimiento.
Campo Directo conversó con una de sus desarrolladoras, la Dra. Mariana Melchiorre.