La tercera edición del tipo de cambio diferencial abarca también a productos de economías regionales, como vinos, algunas carnes (no la vacuna) y la leche.
Por tercera vez en ocho meses, el Gobierno nacional echó mano a un tipo de cambio diferencial para conseguir divisas para el Banco Central.
La nueva versión abarcará dos sectores y con fechas diferentes. En ambos casos, el valor del dólar es el mismo: $ 300.
En el caso de la soja, para todos los productos de su complejo (granos, aceites y harinas), el plazo para liquidar es hasta el 31 de mayo.
Para los productos de las economías regionales, el plazo es mayor: 30 de agosto.
El objetivo del Gobierno es recaudar un total de U$S 9.000 millones, de los cuales U$S 5.000 millones los debería aportar el complejo sojero y el resto las exportaciones de productos regionales.
Como en sus ediciones anteriores, el tipo de cambio diferencial provoca distorsiones dentro de la cadena agropecuaria.
La producción de leche, de carne vacuna y de cerdo, por ejemplo, deberán afrontar sobrecostos en sus estrategias de alimentación, por el mayor valor en pesos que tendrá la oleaginosa en el mercado local.