Con un 37 % de avance de cosecha, el rinde del trigo se estima en 16,0 qq/ha, superando en un 3 % al rendimiento de la campaña precedente, pero encontrándose 38 % por debajo del promedio histórico.

Del total de las hectáreas sembradas el 11 % se habría destinado como cobertura mientras que un 14 % de las destinadas a grano se habría perdido, principalmente debido a la sequía, heladas y granizo. Según reportaron colaboradores, por la faltante de agua muchos de los lotes destinados a grano pasaron a cobertura.

Como consecuencia de las malas condiciones climáticas a lo largo del ciclo del cultivo, se esperarían alrededor de 957 mil toneladas de producción, siendo el mismo un volumen inferior al de la campaña 2022/23.

A principios de noviembre la mayor proporción de la superficie de trigo llegaba a fin de su ciclo, con un 54 % de los lotes en regular y mal estado general debido a marcadas condiciones de estrés térmico por temperaturas extremas, e hídrico por escasez de precipitaciones. Mientras que los lotes sembrados bajo riego se hallaban en estados muy buenos y excelentes.

Garbanzo

En la primera quincena de noviembre, el garbanzo presentó un 53 % de avance de cosecha, con un rinde estimado de 22,6 qq/ha, valor inferior a la campaña 2022/23. Aun así, se esperarían aproximadamente 22 mil toneladas de producción, siendo este valor superior a la campaña anterior, pero inferior al promedio histórico.

Casi la totalidad de los lotes de garbanzo se encontraban en madurez fisiológica. Según reportes, el cultivo presentó una maduración de vainas desigual en los lotes, acompañado de daños en los granos por lluvias y granizo en precosecha.

Fuente: BCCBA

 

 

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