El Gobierno habilitó el ingreso de cortes de cerdo, la única carne que bajó de precio en el mercado interno.
En una economía que acumula en los tres primeros meses del año una inflación del 51%, hay una carne que baja de precio y que –paradójicamente– está amenazada por la importación.
Estamos hablando de la carne de cerdo, cuyo valor mayorista (al gancho) tuvo en lo que va de 2024 y hasta el 10 de abril una caída en el precio del 25%, en sentido contrario a cómo se comportó la carne vacuna, que subió 38%, o el pollo, un 47%, según los datos del a consultora JLU.
Sucede que el Gobierno nacional habilitó la importación de cortes, que están ingresando desde Brasil, en especial bondiolas frescas. Lo hacen estimuladas por una reducción en el plazo de pago y una eliminación de las percepciones de Ganancias y de IVA, lo que constituye un buen negocio para los importadores.
Mientras tanto, las granjas productoras de cerdo en el país ven cómo se deteriora su ecuación económica. Modelos privados calcularon para los tres primeros meses del año, en un establecimiento con 500 madres, aumentos en los costos de producción de 7% y una caída en el valor del capón de 10%.