El resultado de las elecciones Paso, con el oficialismo en el tercer lugar, generó en el Gobierno nacional la determinación de tomar medidas que impactaron para bien y para mal en el sector agropecuario.

La devaluación del 22% del peso llevó el tipo de cambio oficial a $ 365,50 hasta octubre, lo que provocó una mejorar en la paridad cambiaria para los granos (a tal punto que sepultó al dólar maíz (que cotizaba a $ 340), pero también pegó fuerte en la producción de leche y de carne.

Se trata de dos actividades que tiene costos dolarizados y perciben precios en pesos.

Mientras tanto, el mercado de granos no da mayores señales. La inflación de agosto y septiembre consumirá la competitividad generada por la devaluación, por lo que se espera –según los economistas– una actualización del tipo de cambio luego de las elecciones presidenciales.

Por lo pronto, el Gobierno insiste a través de los acuerdos con las empresas ponerle un freno a la suba generalizada de los precios, una práctica que no ha dado ningún resultado en etapas anteriores.

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