El ministro de Agricultura y Ganadería de Córdoba, Sergio Busso,  se expresó vía Twitter con respecto a la decisión del presidente Alberto Fernández de cerrar por 30 días la exportación de carne.

El titular de la cartera agropecuaria sostuvo que la decisión de cerrar las exportaciones de carne “tiene un impacto negativo directo en una industria central de la actividad económica cordobesa y del también del país”.

Si bien nadie duda de lo difícil que s la situación de muchos argentinos a causa de la inflación, Busso consideró que “la solución no pasa por tomar decisiones que afecten a la producción, al trabajo y el desarrollo de las regiones de la provincia”.

Por otra parte, en declaraciones a la prensa, dijo que la decisión del Gobierno nacional va en contra del objetivo de producir y de exportar. “Nosotros tenemos que levantar la voz para hacer escuchar el reclamo ante una medida que nos parece absurda porque no resuelve lo que busca. Está sobradamente probado que en lugar de resolver el tema, medidas como esta agravan la situación y dan por tierra  con todo lo virtuoso que puede tener una cadena valor en materia de industria cárnica. Esto de volver a tropezar con la misma piedra es lo que nos da la seguridad de que esto no va a funcionar”, dijo.

Busso indicó que se pueden obtener resultados a corto plazo pero que luego las consecuencias serán negativas. “Estamos muy preocupados nosotros y otras provincias productoras de carne que harán escuchar su voz. Entendemos que la inflación y los altos precios de los alimentos son preocupantes pero la solución que se está buscando no resuelve el tema y lo que hace es destruir una de las industrias más importantes de nuestro país como la cárnica”.

La palabra del vicegobernador

En ese mismo sentido se expresó el vicegobernador Manuel Calvo, también a través de la red del pajarito. Calvo, a cargo del Poder Ejecutivo provincial en reemplazo del Juan Schiaretti, que se recupera de una intervención quirúrgica, afirmó: “Las recetas -ya aplicadas en el pasado sin resultados- constituyen, por lo tanto, un error por partida doble. Es con incentivación de los procesos y no con limitaciones que se logran mejores condiciones. Más producción es más carne y más competitividad (…) Esta medida atenta contra la producción, y se corre el riesgo de consecuencias ya vistas: disminución del stock ganadero, pérdida de puestos de trabajo y desinterés y desinversiones.

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