El consumo mundial de biocombustibles registraría este año un aumento de entre 5% y 8%, en relación a 2020, impulsado por políticas públicas que autorizan y, en muchos casos, promueven su uso, afirmó este martes el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

En su “Atlas de los biocombustibles líquidos 2020-2021”, el organismo internacional especializado en agricultura del Sistema Interamericano consideró que “los biocombustibles líquidos se han convertido en una importante herramienta para la descarbonización del transporte terrestre”.

Asimismo, indicó que el sector agropecuario “aporta las materias primas fundamentales para industrializar y producir esos combustibles biológicos más amigables con el medioambiente”.

De acuerdo al informe, la producción y el consumo de biocombustibles líquidos se redujo de forma importante en el 2020, debido a las restricciones a la movilidad y a la caída en la actividad económica.

En 2020 las materias primas más utilizadas en la producción de biodiésel fueron los aceites vegetales, entre ellos el de palma (32 %), el de soja (26 %) y el de colza (15 %).

El 27% restante corresponde a otras materias primas, como los aceites vegetales usados, las grasas animales y otros aceites vegetales vírgenes, entre ellos el de girasol.

En forma análoga, el maíz y la caña de azúcar fueron las materias primas más utilizadas en la producción de bioetanol, con una participación de 63% y 30%, respectivamente.

En la actualidad los biocombustibles líquidos se siguen afianzando como parte de una transición más limpia dentro de un paradigma de movilidad basado en la combustión interna.

Mientras comienzan a desarrollarse nuevos paradigmas de movilidad (electromovilidad, propulsión por hidrógeno, etc.), los biocombustibles constituyen una alternativa ambientalmente más sostenible que los combustibles fósiles, sin grandes cambios técnicos.

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