La relación compra-venta favorece al invernador; la carne de cerdo sigue creciendo en demanda interna.

El mercado ganadero vive una situación inédita. En los últimos 169 meses, solo en 8, la relación compra (ternero) y venta (novillo) favoreció al invernador, según sostiene un analista de la cadena de ganados y carnes Ignacio Iriarte.

Durante esos pocos meses, en ningún momento la brecha fue superior al 8%.

En la última semana, en el remate habitual que la firma Consignaciones Córdoba realiza en el predio de la Sociedad Rural de Jesús María, el novillito le ganó al ternero. El valor máximo de la principal categoría de consumo fue de 535 pesos el kilo vivo, contra 530 pesos de la categoría de invernada. La brecha fue de 1%.

En este escenario, la demanda interna de carne se mantiene estable, al ritmo del poder adquisitivo de la población, mientras que la exportación crece en volumen –13% en el primer cuatrimestre–, pero baja en precio: 27% respecto al período enero-abril de 2022.

Recientemente, un grupo de 33 empresas –promovidas por el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) participó de la Sial 2023 en China. Ese país, que concentra el 75% de las ventas de carne bovina argentina, aún busca recupera la demanda que tenía antes de la pandemia de Covid-19.

Mientras tanto, la carne de cerdo suma kilos en el mercado interno. La suspensión de las importaciones hace que todo capón que ande dando vuelta se consuma, en una coyuntura de precios estables y de costos crecientes para la producción, pero aún con margen para las granjas.

En abril, el precio del capón osciló los 380 pesos el kilo vivo, mientras que el costo fue de 354 pesos el kilo.

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