50 años después de finalizar sus estudios, los primeros egresados del por entonces Instituto de Ciencias Agropecuarias, se volvieron a juntar el último sábado.
Fue una jornada de emoción y alegría, en la que los abrazos, las risas y la sorpresa fueron grandes protagonistas.
Alrededor de las 9,30 llegaron los primeros invitados que, en una fría mañana, se congregaron al abrigo de la Biblioteca, desconocida para muchos de ellos por tratarse de un edificio moderno. Muchos de ellos hacía años que no se veían por lo que no faltó la consabida pregunta ¿Vos eras…?
La emoción fue grande y desbordó los corazones de los presentes por reencontrarse con viejos amigos. Algunos dijeron que les costó “reconocer” algunos rostros, lo que da una idea del tiempo transcurrido y de lo grato del encuentro.
El primero momento en la Biblioteca sirvió para congregarse y tomar algo caliente mientras todos iban llegando. Después el grupo de amigos se dirigió al ingreso del edificio central, donde se descubrió una placa conmemorativa. Allí llegaron los discursos, las palabras improvisadas y el recuerdo de aquellos años de estudio y de los que ya no están. El vicedecano, Ariel Rampoldi, fue el encargado de darles la bienvenida y destacar que muchos de los allí presentes fueron sus profesores y que para él era una alegría poder recibirlos nuevamente.
Posteriormente se dirigieron al Auditorio de la Reforma, donde todos expresaron su sorpresa y sus felicitaciones por la flamante obra. Fue otro momento propicio para que todos expresaran sus pareceres.
Varias veces durante la mañana surgieron los nombres de Ana Mirtha Kulesza y Rosa Emilia Rojas, las dos estudiantes fallecidas en el trágico derrumbe del 9 de noviembre de 1970. Por ese motivo, con la emoción a flor de piel, los primeros egresados se congregaron debajo de los dos ejemplares de aguaribay que las recuerdan para siempre.