Un equipo de investigación del INTA logró, a partir de cepas locales, un sistema de diagnóstico serológico rápido, de gran sensibilidad y económico para detectar Xylella fastidiosa.
Considerada una plaga cuarentenaria de importancia global, Xylella fastidiosa es una bacteria fitopatógena que genera un grave impacto económico y social en cultivos como vid, cafeto, olivo, naranjo, duraznero y almendro, entre otros. A su vez, en la Argentina se utilizan reactivos serológicos comerciales importados elaborados con cepas de otros países, lo que podría disminuir la sensibilidad de las pruebas serológicas.
En este contexto, investigación del Instituto de Patología Vegetal (IPAVE) del INTA desarrollaron reactivos de diagnóstico y obtuvieron antisueros a partir de cepas locales aisladas para la detección de X. fastidiosa.
De acuerdo con Raquel Haelterman–investigadora del IPAVE-INTA- : “X. fastidiosa es una bacteria muy difícil de erradicar” y, por este motivo orientan su investigación “a la prevención de su introducción, realizando frecuentes monitoreos y diagnóstico posterior en aquellas áreas libres del patógeno”. En este punto, especificó que “la plaga constituye un riesgo potencial de transmisión para otras plantaciones, tales como las citrícolas de la región del NOA, donde aún no ha sido detectada la presencia de esta bacteria”.
A partir de la técnica DAS ELISA de inmunoensayo para la detección de anticuerpos específicos que permiten el reconocimiento de la bacteria X. fastidiosa, se observó “una adecuada sensibilidad y alta especificidad”, confirmó Haelterman. A su vez, reconoció que “se determinó que, a mayores tiempos de incubación este antisuero tendría un mejor comportamiento, equiparándose con el kit comercial Agdia”.
Es decir, que el reactivo logrado por el INTA con cepas locales permitiría sustituir, hasta ahora, los utilizados en el país de origen importado y con una menor sensibilidad. En esta línea, la investigadora del IPAVE aseguró: “Logramos un sistema de diagnóstico rápido, robusto y económico, permitiendo resolver la ausencia de disponibilidad continua de reactivos serológicos específicos para X. fastidiosa”.
“Además –agregó– posibilita el testeo de una mayor cantidad de muestras, en menor tiempo y lo más económicamente posible, facilitando la toma inmediata de medidas de exclusión en aquellas áreas donde todavía no se encuentra establecida la bacteria”.
Esto permitirá la utilización del reactivo en diferentes laboratorios del país, donde se diagnostica este patógeno. El IPAVE cuenta con la capacidad de producción de antisueros y, al tener cepas aisladas de esta bacteria, se asegura su abastecimiento.
Aislar y caracterizar: el objetivo
Patricia Tolocka –especialista del IPAVE-INTA-, dijo que “X. fastidiosa es una bacteria difícil de aislar ya que se multiplica en medios de cultivos enriquecidos y muy complejos”. Debido a esto, para su diagnóstico se emplean técnicas serológicas y moleculares. Las primeras se utilizan generalmente para el monitoreo a gran escala, por la simplicidad de la preparación de la muestra; mientras que las pruebas moleculares, al ser más sensibles, permiten confirmar la presencia del patógeno aún en bajas concentraciones en la planta.
Este antisuero fue probado mediante DAS ELISA en el laboratorio del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) de Valencia (España), donde se evaluaron cuatro cepas de X. fastidiosa: una de la subespecie pauca de cafeto (proveniente de Ecuador) y tres de la subespecie fastidiosa de almendro (Florida, EEUU), vid (California, EEUU) y cerezo (Islas Baleares, España). Las observaciones realizadas mostraron que todas las cepas evaluadas fueron reconocidas por el mismo, como sucede también empleando el kit comercial Agdia, destaco la especialista Tolocka.
Síntomas a tener en cuenta
“Se trata de una bacteria fitopatógena capaz de multiplicarse en un amplio rango de hospedantes -más de 600 especies vegetales- como también cultivos ornamentales y malezas”, indicó Tolocka.
En esta línea, explicó que, en los montes de olivos de las principales zonas productivas del país, se manifiesta con un marcado decaimiento de las plantas infectadas, ramas con hojas secas en los extremos de las copas y hacia el interior de dichas ramas hojas con el ápice necrosado denominado “punta de flecha” y también hojas con una coloración verde seco opaca.
El equipo investigador del Instituto de Patología Vegetal del INTA que llevó a cabo este proyecto es conformado también por los especialistas Fabiana Guzmán y Fabián Giolitti.
Este trabajo permitió identificar futuras líneas de investigación enfocadas en la realización de interlaboratorios a nivel nacional e internacional con el reactivo obtenido para conocer su comportamiento en respuesta a la detección de diferentes hospedantes de X. fastidiosa además de olivo. También, esto permite continuar investigaciones en conjunto con la Red Iberoamericana para la Vigilancia-CYTED de Xylella fastidiosa (IBER-XYFAS) como se viene realizando hasta la actualidad, destacó Patricia Tolocka.
Fuente: Inta Informa
Crédito de las fotos: Patricia Tolocka