Septoria glycines, o mancha marrón, es una enfermedad de fin de ciclo (EFC) de soja con alta prevalencia y severidad en Argentina que puede afectar severamente los rendimientos. Durante la campaña 23/24 se encontró presente en el 89% de los departamentos mapeados por la REM. El 35% de los productores encuestados la mencionó como la principal enfermedad en soja, siendo el control químico la práctica más común para su manejo.
Frente al reciente hallazgo de la mutación G143A en S. glycines en soja, asociada a la resistencia a fungicidas IQe, el Grupo de resistencia a fungicidas de la Fauba y la REM trae recomendaciones de manejo anti-resistencia
Recientemente, se confirmó por primera vez en Argentina la mutación G143A en una cepa de S. glycines asociada a resistencia a fungicidas QoI (estrobirulinas). Este hallazgo, liderado por Francisco Sautua y Marcelo Carmona de la Cátedra de Fitopatología de la FAUBA, activó la necesidad de seguir de cerca al patógeno e implementar estrategias de manejo preventivas.
Es de destacar que este Grupo de resistencia a Fungicidas lleva más de 15 años trabajando en el tema y ya ha informado con evidencias científicas, casos de resistencia en cebada, trigo, soja, hortícolas, etc. Para mayor información contactarse con la CEFA (Comisión de Estudios de Fungicidas en Argentina – cefafungicidas@gmail.com)
Sobre la enfermedad
Septoria glycines es una enfermedad foliar, que puede ocasionalmente afectar tallos, vainas y semillas, pero se manifiesta principalmente en las hojas y puede ocurrir temprano en la temporada de crecimiento. Comienza en los estratos inferiores, por lo general infecta las hojas más viejas en la parte inferior del dosel, pudiendo causar una importante defoliación.
Se la considera una EFC, ya que puede manifestarse durante todo el ciclo del cultivo, pero se generaliza en los estadios reproductivos intermedios o avanzados, a partir de R5-6.
Los síntomas se observan en formas de manchas de color marrón, irregulares, inicialmente pequeñas, que luego se unen cubriendo grandes áreas de la hoja.
Las condiciones predisponentes para el desarrollo de la enfermedad son temperaturas medias diarias mayores a 21ºC y alta humedad ambiental, que provocan la esporulación del hongo. El mayor espaciamiento entre surcos y las precipitaciones intensas favorecen el salpicado y la dispersión del hongo desde los rastrojos infectados hacia las hojas inferiores. El patógeno sobrevive en semillas y se transmite a los cotiledones. Estos órganos y residuos de cultivos de soja infestados, son la fuente del inóculo primario, mientras que las hojas enfermas son la fuente del inóculo secundario.
Manejo químico y el rol de las estrobirulinas
Según el relevamiento 2024 de REM a los productores socios de Aapresid, un 61% realizaron al menos una aplicación fungicida para el control de enfermedades en soja, siendo los activos usados principalmente la mezcla de fungicidas: inhibidor de la desmetilación (IDM) o triazoles + inhibidor externo de quinona (IQe) o estrobilurinas. Siguiendo en importancia, las mezclas con inhibidores de la succinato deshidrogenasa (ISDH) o carboxamidas.
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