Estados Unidos autorizó la comercialización de cortes de carne de pollo, cultivadas con células mediante un proceso de fermentación de biorreactores. En tanto, la opción bovina sigue bajo análisis en industrias y universidades norteamericanas. En argentina una consulta de opinión concluyo que el 81 por ciento de los millennials no estarán dispuestos a consumir estos prototipos artificiales.

Producir carne en EEUU, podría no tener techo en los próximos años. El dato tiene que ver con la denominada producción celular que desarrollan universidades e industrias del país del norte.

En la Universidad de Tufts en Massachusets, los científicos han logrado desarrollar células madre musculares bovinas inmortalizadas que pueden crecer rápidamente y dividirse de forma indefinida.

“Los investigadores han tenido que hacer sus propios aislamientos de células madre de animales, lo cual es muy costoso y laborioso, o usar líneas celulares modelo de especies menos relevantes, como células musculares de ratón”, manifestó Andrew Stout, estudiante de
posgrado en TUCCA y líder investigador del proyecto.

Desde el campo de la investigación, sostienen que las células madre musculares y grasas extraídas de animales vivos, deberán tener una capacidad muy alta para crecer y dividirse, si su función va a ser la de comenzar un cultivo. Las células primigenias generalmente se dividen solo unas 50 veces antes de que comiencen a envejecer y ya no sean viables.

“La mayoría de las células, a medida que se dividen y envejecen, comienzan a perder ADN en los extremos de sus cromosomas, que se denominan telómeros, como cuerdas gastadas que se deshilachan con el uso. Esto puede dar lugar a errores cuando se copia o se rearma el ADN. También puede precipitar la pérdida de genes, provocando la muerte de células”, agrega Stout.

Por otra parte, la industria de la alimentación de los Estados Unidos, autorizó a dos compañías californianas, Upside Foods y Good Meat, a comercializar carne de pollo cultivada con células desarrolladas mediante el proceso de fermentación en biorreactores.

En este caso, el proceso consiste en obtener una muestra de células de un huevo fecundado de gallina. De los millones de células que contiene el huevo, se seleccionan las mejores procurando lograr una producción constante de carne aviar.

“Se establece una línea celular y se crea un gran banco maestro que se mantiene congelado y del que se toman las muestras del cultivo. El proceso de elaboración continúa en tanques de acero, que alimentan las líneas celulares en un cultivador que recibe una mezcla de nutrientes que contiene agua, azúcares, aminoácidos, vitaminas, minerales y sal, el mismo tipo de que se alimentan las células en el cuerpo animal”, explicaron científicos de las compañías productoras.

Ambas industrias, fueron autorizadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). El organismo revisó y aprobó las etiquetas de Upside Foods y Good Meat. Las empresas informaron que esa carne de pollo tendrá disponibilidad en restaurantes.

Otras empresas se preparan para producir la denominada carne generada en laboratorio. Entienden que el mercado podría consumir proteínas animales sin los perjuicios de carácter ambiental que vinculan a la ganadería y sin sufrimiento animal.

Sin embargo, en el ambiente universitario norteamericano, existen algunas diferencias sobre este nuevo tipo de carne. Un estudio de la Universidad de California en Davis, sostiene que el impacto ambiental de estos nuevos procesos será aún mayor en carne vacuna, consecuencia de la energía requerida y a los gases efecto invernadero emitidos en toda la cadena de producción.

En argentina sostienen que la producción de carnes artificiales, garantizará la seguridad alimentaria ya que permitirá satisfacer la demanda de alimentos para hacer frente al crecimiento poblacional global. Los nuevos cortes, son libres de antibióticos y pueden producirse con menores niveles de grasa. Las dudas aparecen en el consumo, ya que, en Estados Unidos, el nivel de rechazo llega al 15% mientras que, el 81 % de los millennials argentinos, no estarían dispuestos a consumir este tipo de producto, señala un comunicado del BID-INTAL e INTA en el último seminario sobre “Carne artificial”, realizado el 5 de mayo en el país.

Recordemos que  ya en 2020 la compañía Eat Just, fue la primera empresa autorizada a producir carne artificial, en Singapur en 2020.

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