En los últimos días, el valor de la carne subió entre 12 y 20%. El aumento mejoró los números del feedlot, aunque siguen trabajando a pérdida.
En un país carnicero como argentina llama la atención que el consumo esté en los valores más bajo de los últimos 25 años. ¿Cuáles son las razones de esta retracción?
Lo primero que hay que descartar es que sea exclusivamente por precio. Mientras entre enero de 2019 y diciembre de 2023, la inflación acumulada fue de 1.400%, la carne aumentó un 1.800%.
Ahora entre diciembre y octubre, el precio de la hacienda aumentó, en promedio, un 41%, y el de la carne al consumidor, un 59%, mientras que el Índice de Precios al Consumidor registró un incremento del 107%.
Hacia fin de año, por una cuestión estacional y también por una menor oferta, la carne está actualizando su valor, entre 12 y 20%, y mejora en algo los márgenes del engordador, aunque aún siguen trabajando en rojo.
En noviembre el margen bruto era negativo en $ 130 mil, mientras que en diciembre, la pérdida se recortó a $98 mil, es decir que la mejora fue de 24%.
Según la Cámara de Feedlot, para cubrir los gastos del engorde, el valor del gordo debería ser de $ 2.800 pesos el kilo, $ 300 pesos por debajo del valor actual y del ternero en $ 2.300, como punto de equilibrio para el negocio.
Las expectativas de corto plazo las va a poner la oferta de hacienda, que podría recortarse teniendo en cuenta la menor población en los corrales. La clave será si el consumo va a convalidar nuevos aumentos.