La Secretaría de Agricultura Familiar Campesina Indígena (Safci) promueve, por primera vez desde el Estado nacional, la producción y el rescate de semillas nativas y criollas a través del programa SemillAR.
Se trata de una iniciativa que busca “recuperar y multiplicar la diversidad biológica y cultural, y revalorizar el rol de agricultoras y agricultores como guardianes de las semillas”.
El coordinador nacional de SemillAR, Alberto Chiavarino, explicó a Télam que “es un programa que aspira a impulsar a organizaciones de la agricultura familiar, a cooperativas, a asociaciones que produzcan semillas nativas y criollas”.
El programa surgió para materializar “reclamos históricos de las organizaciones de la agricultura familiar”, dijo, por su parte, Verónica Lozano, asesora de la Secretaría e integrante del equipo coordinador.
Chiavarino y Lozano integran el equipo técnico de la Secretaría de Agricultura Familiar Campesina Indígena que tiene a su cargo el diseño y ejecución del programa SemillAR.
La Ley 27.118 de Reparación Histórica de la Agricultura Familiar, contempla la creación de Centros de Producción de Semillas Nativas (Ceprosena) que tienen como objetivo registrar, producir y abastecer de semillas nativas y criollas a nuestro país.
En este contexto se encuadra el programa SemillAR para garantizar el libre acceso a las semillas nativas y criollas, así como fortalecer el trabajo de rescate y multiplicación local.
Las experiencias en el país
En la Argentina existen diversas experiencias de producción, intercambio y resguardo de semillas, entre los que se destacan iniciativas como Casas de Semillas y Ferias de Intercambio, que son espacios de encuentro y formación que se constituyeron como espacios de las comunidades para almacenar, conservar y recuperar sus semillas.
La pérdida de variedades nativas y criollas que dejan de ser sembradas o conservadas por los agricultores es una preocupación de la agricultura familiar, campesina, indígena por la función que cumplen estos vegetales en la conservación de la biodiversidad y la adaptación a las condiciones ambientales locales.
“Nosotros aspiramos a que de punta a punta de la Argentina todos aquellos productores de semillas, los que hacen intercambios de la semilla, o que tienen una venta a lo mejor no habilitada, puedan dar un paso importante, ir cubriendo un espacio mayor en la producción, en el cuidado y ampliación de la diversidad de semillas”, expresó Chiavarino.